omfalofobia

Todos (o al menos el 99.99%) de la población mundial, tiene ombligo. Esa pequeña cicatriz que está en nuestro abdomen no tiene función alguna después del nacimiento, pero existen ciertas características interesantes que deberíamos saber de el.

Origen: Todo mamífero placentario son alimentados y oxigenados a través del cordón umbilical, ¿su conexión con el embrión? El Ombligo.

Cicatriz: Ya que el embrión nace, el cordón umbilical es cortado y nos queda una hermosa cicatriz que decidimos llamar ombligo, existe un pequeño porcentaje de personas que no tienen esta cicatriz debido a alguna operación en el abdomen cuando eran bebés. Un ejemplo es la modelo Karolina Kurkova que no tiene un ombligo tradicional.

Formas: El ombligo puede variar de persona a persona, pero un 90% de la población tiene un ombligo interno (innie), el resto se divide entre externo (outie), en forma de flecha (o T) y otras variaciones. La forma del ombligo depende mucho de la posición en el abdomen y la forma física de la persona.

Pelusa: Los ombligos tienen una tendencia a guardar mucha pelusa en esta área, la mayor parte de esa pelusa proviene de la ropa nueva.

Bacterias: Todo un ecosistema vive en nuestros ombligos, hasta 2,300 especies diferentes pueden vivir en un solo ombligo, y sólo 8 de ellas están en el 70% de la población humana. Es decir, que en el ombligo de 3,100 personas hay más bacterias que humanos en el planeta.

Miedos: La llamada omfalofobia se presenta cuando alguien expresa un miedo al observar el ombligo de una persona o tocarlo. Entre los síntomas más comunes que se registran son irritabilidad, náuseas, mareos, vómitos e impotencia.

Ombligo Sexy: En las mujeres, los ombligos en forma de flecha (o T) tienen mayor aceptación y suelen ser más sexys que el resto.

Cambios: Los ombligos envejecen con el paso del tiempo, pero los cambios más visibles suceden en las mujeres embarazadas que pueden notar como su ombligo es completamente diferente, pero regresa a la normalidad después del embarazo.

Eres un ¿Atleta?: No es un estudio científico, pero si una tendencia. Al parecer la posición de tu ombligo habla sobre lo rápido que puedes correr o nadar, algo que tienen en común los atletas más rápidos es que su ombligo está más arriba que el resto de la población.